Menos tú
— "...a señalarme que la ausencia se encuentra en el recuerdo -y eso es a menudo la mayor presencia de alguien.” Elvira Sastre
Reaparece el abrazo
dos cuerpos tan diferentes
uno pequeño, otro alto
y mi cabeza siempre llegaba a tu hombro
sin necesidad de erguirse de puntillas
y tú salías también a tomar aire
al otro lado de mí
tocando la parte de atrás de mi cintura
pero sin darme la espalda
y pensaba en aquella frase de Sastre:
"y el miedo a la oscuridad queda anulado cuando una habitación se llena de abrazos"
¿Cómo se explica el milagro?
Es esta sagrada construcción del cuerpo
estas dimensiones que no son iguales;
y se confunden
y encajan
como dos piezas
perfectamente entrelazadas
Un abrazo
dos cuerpos cómodos
en ese instante
en que un segundo sabe a eternidad
Nunca conté el tiempo de ninguno
¡Qué tontería hacerlo!
Solo bastaba estar presente
y respirar tu olor
y que al despegarnos
aunque fuera por ese instante
tú olieras a mí
y yo tuviera tu aroma
Contar los segundos
hubiese sido una broma;
porque solo había que asentir
al movimiento de ambos cuerpos
en ese reconocimiento
que sabía a necesidad
— mutua —
Un abrazo.
Y cierro los ojos.
Y vuelvo a él, a ellos. con dolor
porque lo único que queda de aquello
es el recuerdo
pero que dicha haber participado
del milagro
cuando en la diferencia
de nuestros cuerpos
encontrábamos la respuesta
sin saberlo nunca a ciencia cierta
Se nos escapó de las manos
— el abrazo, tu réplica—
y aquellos segundos que parecían eternidad, caducaron
Y, de otra manera,
una mucho más dolorosa,
extienden esta inmortal espera
— paradoja, tiempo sin tiempo:
eterno y caduco —
que no tiene futuro
sino que se extiende perpetua
en la quimera
de volver a ese abrazo eterna y repetidamente imposible
Lo que es eterna no es la espera
sino el abrazo
que reaparece caprichosamente
en la inmortal memoria
"El tiempo no es una constante, y un minuto no dura lo mismo que otro"
Milagro
tus manos, mi cintura, tu cuello.
Eterno:
Todo.
Menos tú.